La Gran Mezquita
La voz del Emir Uqba ibn Nafi sonó en el silencio de la estepa como una profecía
Era el 50 de la Hégira y el 670 después de Cristo. Qairuán, la ciudad sagrada de Túnez, iba a nacer de la nada desértica.
la llamada del destino debió de sonar en los oídos de Uqba quien detuvo en medio de llanura desértica la cabalgada de sus jinetes.
Los soldados de Uqba pensaron que aquella seria una de las muchas paradas de su avance Sin embargo, el emir les anunció que allí iba a fundar una ciudad.
Si los que crearon la mezquita y la ciudad traían todavía el polvo y la arena de los desiertos, también traían con ellos las primeras esencias no solo religiosas sino estéticas.
Por eso la Mezquita tiene algo de fortaleza oriental, situada en uno de los extremos del recinto amurallado de la ciudad, distanciada, casi separada del centro urbano como marcando su preeminencia augusta, la mezquita es un conjunto edificado inmenso y masivo cuyas paredes externas aparecen sostenidas por robustos contrafuertes.
EL patio de la gran mezquita
Su patio interior es grande ,despejado, severo, con la desnudez de la pura geometría , capta entre sus líneas una inmensa cantidad de cielo .Esto es lo que se ve desde el patio: el cielo Parece como si los arquitectos no hubieran querido distraer a los fieles con nada más que la contemplación de un enorme rectángulo celeste.la arquitectura de esta mezquita está compuesta de elementos que fueron tomados prestados a otras artes extranjeras , o que está basada en materiales no suficientemente “nobles”-el ladrillo ,la cal-habría que responder que en arquitectura lo que cuenta , lo que es fundamental, es la creación y ordenación de los espacios ¡Qué importa que los capiteles de las columnas que sostienen los arcos de los soportales sean romanos o bizantinos; o que el mármol de los fustes haya sido traído de basílicas cristianas ;o que en los sillares de piedra se adviertan aun inscripciones latinas ;o que en los elementos decorativos haya trazas de Mesopotamia de Persia ! lo que importa es la esplendida proporción de los espacios y la tremenda originalidad de unos artistas que, a partir de elementos tan dispares, han sido capaces de crear algo tan inconfundible, tan propio e irrepetible como este templo egregio.
El minarete: el almenar de Kairuán es, escuetamente, la torre que aquellos primeros musulmanes necesitaban para ver en la llanura para llamar a la oración, para elevar a Dios una alabanza fuerte.
Robusto como una fortaleza construido en ladrillo sobre una base de piedra y dividida en tres cuerpos que van estrechándose conforme se elevan: coronada con una cúpula de gajos de naranja
El minarete
Desde lo alto del minarte se ve toda la ciudad y la inmensa estepa que la rodea. La muralla, casi toda limpia y exenta, confiere una precesión geométrica al contorno urbano, afirm ando así su carácter original de fundación voluntariosa y concreta
“Aquí, había dicho Uqba Ibnu Nafi, y aquí esta, precisamente el Kairuán de los primeros musulmanes desde hace 1300 anos”
La sala de oración: la sala de oración de la gran mezquita de Qairuán muestra una heterogeneidad de materiales y elementos decorativos, columnas de diferentes colores y alturas. En el mura de la Quibla en cuyo punto medio se hace el nicho del Mihrab para cumplir las cinco oraciones diarias, el musulmán busque en su horizonte la línea de la Meca revela una fidelidad admirable.
La sala de oracion
La nave central tiene columnas de mármol blanco, verde y pórfido rojo además su ábside está adornado con mármoles de Bagdad del siglo IX labrados en formas florales y geométricos, unos azulejos mesopotámicos de reflejos metálicos.
El minbar: al lado del Mihrab es una alta silla de predicaciones, especie de pulpito musulmán. Se dice que el más antiguo de islam, tallado en madera de Teka traída de las selvas tropicales del lejano Oriente
“La gran mezquita es uno de los centros históricos del Islam en el medio de la estepa silenciosa que lanza sobre su el visitante sus reflejos de oriente por eso Kairuna ha sido la capital espiritual no solo de Túnez sino de todo el Magreb incluso del Ándalus hasta que Córdoba-que había dependido de Kairuan- recogió su herencia”
El esplendor de Kairuan alcanzo su altura máxima en tiempos de la dinastía se los Aglabitas, en el siglo IX, y bajo el reinado de estos brillantes monarcas no solo la región sino todo el país tunecino recibieron su estructuración nacional básica.
“durante este privilegiado periodo de madurez política, intelectual y artista el rostro de Ifrikiya adquirió sus rasgos definitivos con los que, a partir de entonces, pasara a la posteridad”